Acción de las cadenas musculares en el deporte

ACCIÓN DE LAS CADENAS MUSCULARES EN EL DEPORTE

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17/04/2013 9:00:00

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Fuente:

Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón. Autor: Guillermo Aladrén Pérez. Nº Colegiado 396

Las cadenas musculares son grupos o familias de músculos que ejercen una función o movimiento. Nuestros músculos nunca trabajan solos, sino en conjunto. La no coordinación adecuada de estas cadenas puede causar desequilibrios y lesiones.

Hablamos de las cadenas musculares en el deporte como la unión de varios eslabones (o bien como músculos aislados o grupos musculares hacia la unidad funcional) en busca de la eficacia en un gesto deportivo determinado.

La distribución de las mismas se basa en el apoyo sobre dos cadenas principales y varias secundarias a la
misma. La fascia o envoltura externa o interna de los músculos hace de interconector para una coordinación adecuada de dichos eslabones a lo largo de una cadena, o de las diferentes cadenas entre sí; así pues, el concepto de una cadena muscular pasa por ser más funcional que anatómico.

Debido a la naturaleza de determinados deportes como el tenis, natación, etc. en los que existe la realización de una acción muscular en un determinado gesto deportivo durante muchas veces y un tiempo prolongado (por ejemplo patada de los bracistas), la musculatura implicada directa o indirectamente puede adquirir un tono demasiado elevado o un elevado índice de fatiga, provocando un estado no compatible con una contracción muscular eficaz y el consecuente riesgo de lesión deportiva, en este caso denominadas por microtraumatismos repetidos: hacer el mismo gesto deportivo de manera prolongada sin proteger otras acciones que compensen el gesto inicial puede condicionar desequilibrios en el cómputo global de una cadena hacia una acción concreta.

La no coordinación adecuada de los diferentes grupos musculares implicados en estas cadenas puede ser ocasionada por un traumatismo tipo torcedura o desgarro muscular, impulso nervioso no coordinado, etc. Así pues, cualquier tipo de alteración como las anteriormente mencionadas puede provocar una contracción muscular involuntaria o deficiente: un pequeño cambio de la forma de correr, de lanzar, etc: dicho estado de desequilibrio puede ser temporal y corregirse de forma automática, pero en otras ocasiones la acción condiciona una situación de protección y un arco de movimiento de confort no adecuado, pudiendo ocasionar patología a nivel de tendón, músculo o zona de unión de ambas estructuras.

Por todo ello, resulta lógico pensar que tal vez la lesión que un deportista refiere no tiene por qué tener su origen en dicha estructura, sino más bien puede ser una consecuencia de una serie de desequilibrios a lo largo de una cadena con un origen tal vez lejano, pero conectado, de ahí la utilización por ejemplo de técnicas miofasciales para corrección de dicho desorden funcional o mediante técnicas de reeducación postural global, en los que la intervención activa del pacientes resulta fundamental.

Se han descrito 8 cadenas musculares, de las cuales se les atribuye en su mayoría una función principalmente de control motor y estabilización, siendo la base sobre las que se trabaja para posteriormente corregir con diferentes técnicas aquellas cadenas más dinámicas implicadas en el gesto deportivo deficitario.

La descripción funcional de las dos cadenas principales abordaría un plano posterior y otro anterior global, con un concepto amplio y general que comenzaría en el caso de la posterior en la base del cráneo para terminar en los talones, enlazando a continuación con la anterior. Ambas cadenas determinarán pues, la postura estática y gestos deportivos con estabilización previa de tronco y la silueta final de dicho gesto.

A modo de ejemplo aplicable a un corredor de medio fondo o fondo, una restricción en la cadena global anterior tiende a provocar un apoyo de pie plano y pronador, con lo que el peso del cuerpo se vería modificado hacia el interior, provocando un hundimiento del arco plantar y el consiguiente apoyo hacia pronación, y la exposición a posibles patologías asociadas en compartimento interno de tobillorodilla.