LA PRONACIÓN EN LA PISADA

Día a día aumenta el número de personas que realizan actividad física y, por ende, el número de corredores crece significativamente desde hace un tiempo.

Este aumento provoca que sean muchos los recién llegados y que, en ocasiones, estos nuevos practicantes provengan de otros deportes. Para correr, se dice que sólo hace falta una camiseta, un pantalón corto y unas zapatillas.

Sin entrar a debatir si eso es así o no, sí debemos remarcar que el material elegido tiene que ser de buena calidad y adecuado a la morfología del corredor, con especial atención a la elección de las zapatillas.

No sirven unas zapatillas casual, de tenis o heredadas de un vecino que ya no las usa porque se ha comprado otras. Hay que acudir a tiendas de deporte especializadas, donde muchas incluso ya ofrecen un análisis de la pisada.

Y es que para evitar y prevenir lesiones durante el ejercicio físico, elegir las zapatillas más adecuadas es una decisión fundamental y uno de los aspectos fundamentales es el tipo de pisada del corredor: la pronación.

Entendiendo la pronación
Definimos la pronación como el movimiento que hace el pie justo después que éste aterrice en el suelo. Este momento, contacto inicial, es parte de la fase de apoyo del ciclo de pisada.

Sin la pronación, el impacto de cada zancada sería transmitido a la parte superior de las piernas y afectaría la mecánica normal de las extremidades inferiores. La pronación actúa de amortiguador de impactos.