La crónica del Casademont Zaragoza-Baxi Ferrol: Gatling acaba con la agonía (73-72)

Con un palmeo de Gatling sobre la bocina, al límite, después de ocho puntos consecutivos de la estadounidense en un final de infarto, así tuvo que ganar al Casademont Zaragoza a un buen Baxi Ferrol, que aprovechó sus oportunidades y los errores locales para estar a punto de llevarse el premio gordo. Las aragonesas, lastradas por 22 pérdidas, tuvieron que sufrir y sudar hasta el final. Sostenidas por Mawuli, el equipo remontó sin cinco en la pista hasta la irrupción estelar de Gatling con los últimos ocho puntos del equipo. El Casademont sigue cuarto. 

La igualdad fue la tónica dominante durante toda la primera parte. En el primer cuarto porque las pérdidas impidieron al Casademont Zaragoza tener una mayor fluidez en ataque. El acierto desde el tiro libre compensó la nula capacidad exterior mostrada por el equipo en el primer parcial, que terminó 18-17. En el segundo continuaron los mini parciales que impidieron a ninguno de los dos tomar distancia. El Baxi subió la intensidad defensiva y se pegó totalmente al Casademont, tanto en la pista con una mayor actividad de manos que enfadó a la grada por las faltas no pitadas, como en el marcador para cerrar la primera parte con empate (36-36).

La dinámica no cambió mucho tras el descanso porque el Casademont continuó perdiendo balones por encima de lo recomendable para poder ganar un partido y el Baxi se agarró al partido viendo que tenía su oportunidad. Pareció que el duelo se le estaba haciendo bola a las aragonesas y las gallegas llegaron a acumular una renta de seis puntos (46-52) en la recta final del tercer cuarto, que cerraron con ventaja (49-52). 

Entonces apareció por fin el Casademont. Tres buenas defensas seguidas y el equipo volvió a la vida. Sin pívot, apostando por pequeñas. Dos triples seguidos, los mismos que en los 35 minutos anteriores, dieron el mando a las zaragozanas. Entonces volvió Gatling a falta de dos minutos para hacer 8 puntos seguidos, todos los del equipo hasta llevarlo a la victoria de manera agónica.