Mujer y deporte

María Torres, sola contra el mundo

Es la única aragonesa que compite en tenis en silla de ruedas. Segunda en el ranking nacional y 33 del mundo en 2023, una enfermedad le cambió la vida a los 20 años. El futuro pasa por una silla nueva, valorada en 7.000 euros, para la que precisa un patrocinador.

Primer plano de María Torres junto a su inseparable raqueta.

Primer plano de María Torres junto a su inseparable raqueta. / SERVICIO ESPECIAL

Jorge Oto

Jorge Oto

Zaragoza

La vida de María cambió a los 20 años, cuando le detectaron un tumor benigno que le comprimía la médula espinal. Las dos operaciones a las que fue sometida le dejaron como secuela una lesión medular incompleta que le abocaban a una discapacidad en forma de movilidad reducida que repercutía directamente en la gran pasión de la aragonesa: el tenis, al que llevaba unida desde que empezó a coger la raqueta, de pequeña, en Peralta de Alcofea, su pueblo. La silla de ruedas entraba en su vida para abrirle un nuevo escenario. En Barcelona, María volvió a aprender a jugar a tenis. «Me enseñaron a jugar. Al principio fue duro porque yo golpeaba bien la bola pero el desplazamiento con la silla era difícil», recuerda la aragonesa, que compatibilizaba su gran pasión con el grado de Lenguas Aplicadas.

A partir de entonces, María no ha dejado de soñar. Es la única aragonesa que compite en una disciplina en la que acumula títulos y honores. Campeona de Aragón en dobles junto a Víctor Marcén, ocupa el segundo puesto en el ranking nacional y estuvo en el top-100 (33) mundial en 2023. Ahora, la deportista oscense, que da clases de idiomas en una academia, abandera una lucha sin cuartel contra el mundo. «Somos pocos en Aragón y de hecho soy la única mujer. En España solo somos seis y es duro aceptar que estamos tan pocas y luchar siempre contra corriente. Pero hay que asumirlo». Además, las ayudas brillan por su ausencia. «No hay muchas no. El club nos aporta material y contamos con alguna colaboración puntual de sponsor, pero me gustaría encontrar patrocinador o una empresa alineada con mis valores», indica María, que precisa una silla de competición a medida de su cuerpo para competir con garantías en el panorama nacional e internacional. Pero el alto coste (está valorada en 7.000 euros) cercena tanto sus ilusiones como su participación en eventos de nivel. 

La aragonesa, durante un torneo en Zaragoza.

La aragonesa, durante un torneo en Zaragoza. / SERVICIO ESPECIAL

Por eso, la ayuda de un patrocinador sería esencial. «Mi sueño es poder competir muchos años y seguir luchando y jugando, que es lo que me hace disfrutar. Siempre hay épocas mejores y peores pero el entusiasmo sigue ahí, aunque esa silla nueva supondría, sin duda, un punto extra de motivación», admite María.

El tenis en silla sigue las reglas de la Federación Internacional de Tenis (ITF), con la única diferencia de un segundo bote en los peloteos en comparación con el tenis de pie. En los últimos años este deporte ha crecido profesionalmente y en la actualidad existen más de 150 torneos dentro del circuito ITF, pero la falta de mujeres les abre la puerta a competir con hombres, algo que María podría hacer en Marbella, donde empieza próximamente el circuito nacional. Empieza lo bueno para la aragonesa, que dedica las mañanas a entrenar en pista o en el gimnasio para destinar la tarde a su trabajo, eso sí, siempre de la mano de su entrenador de toda la vida, Wladi. 

María promete seguir en la pelea. «Transforma tu límite en una posibilidad», sostiene como emblema para advertir que «todas las personas tenemos límites pero con una buena actitud, perseverancia, disciplina y trabajo, casi todo es posible. Es cuestión de cambiar la perspectiva y aprender a mirar alrededor de una nueva forma y releer y releernos para sacarnos el máximo partido», asevera la tenista aragonesa. 

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