El sábado falleció Joaquín Murillo, figura indispensable en la historia del Real Zaragoza.

EL SÁBADO FALLECIÓ JOAQUÍN MURILLO, FIGURA INDISPENSABLE EN LA HISTORIA DEL REAL ZARAGOZA.

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12/01/2009

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Diario EQUIPO

Joaquín Murillo, uno de los jugadores más emblemáticos del Real Zaragoza, falleció a las seis de la mañana del sábado en la capital aragonesa, a los 76 años. Nacido en Barcelona el 27 de febrero de 1932, Murillo llegó al club blanquillo en el verano de 1957 procedente del Valladolid y una vez finalizada su carrera deportiva se instaló en Zaragoza.

Su ingreso en la élite del fútbol español se produjo en las filas del Valladolid, donde completó tres extraordinarias campañas saldadas con 78 partidos y 47 goles en Primera División. Cifras que despertaron el interés del Real Zaragoza, víctima el 14 de octubre de 1956 de un triplete de Murillo (Valladolid 4-1 Real Zaragoza) que convenció a los dirigentes zaragocistas de la importancia de su fichaje, tasado en un millón de pesetas.

El estreno del delantero con su nuevo equipo coincidió con otro hecho fundamental en la historia del Real Zaragoza, la inauguración del campo de La Romareda. Murillo participó en el encuentro inaugural, ante el Osasuna y dejó su sello goleador. En los años inmediatos se gestó el conjunto protagonista de la primera edad de oro zaragocista. Con la llegada de Duca, Reija, Marcelino, Lapetra, Miguel, Pepín, Seminario..., el Real Zaragoza inició su despegue, concretado ya con la tercera plaza liguera obtenida en la temporada 1960-1961 con la imprescindible aportación de Murillo, autor de 20 goles en 24 partidos.

`El Patas´ o `el Pulpo´, como se le conocía por su facilidad para agarrar todos los balones que quedaban sueltos en la zona de definición, era un auténtico depredador del área y su asombrosa capacidad goleadora le convertía en un delantero fiable al cien por cien.

En sus seis años y medio como zaragocista, Murillo firmó 90 goles en la máxima categoría, récord que permanece inalterado desde el 3 de noviembre de 1963, fecha de su último tanto en Primera División con el Real Zaragoza. Entonces, el club ya contaba en su plantilla con los que posteriormente formarían la delantera `magnífica´ y `el Pulpo´ sufrió tanto la poderosa ascensión de Marcelino como su tempestuosa relación con el técnico, Antonio Ramallets. En febrero de 1964, Murillo marchó rumbo a Lérida y dejó huérfana a la legión de `murillistas´ que cada dos semanas acudía a La Romareda para saborear el fútbol sobrio y eficaz de su ídolo.

A su retirada del fútbol, Murillo se estableció en Zaragoza. Más de cuarenta años después de su adiós deportivo, conserva marcas históricas. A su récord goleador zaragocista cabe añadir el de futbolista catalán con más goles marcados en Primera División (137), por los 126 del españolista Raúl Tamudo.