«QUIERO RETIRARME CON UNA MEDALLA OLÍMPICA».

donde este fin de semana se ha disputado el IV Trofeo Internacional CAI Ciudad de Zaragoza, Memorial Eduardo Lastrada. «Estoy muy contento, sobre todo por haber superado el récord en Zaragoza. Me gusta mucho nadar aquí, entre otras cosas porque estoy rodeado de amigos», señalaba Wildeboer a EQUIPO tras su actuación de ayer.

El nadador catalán de origen holandés fija su objetivo más inmediato en el campeonato del mundo que tendrá lugar en Roma. Allí espera incluir su nombre entre los cinco primeros: «En 2008 he conseguido llegar a la final olímpica y lograr además el récord del mundo de 100 espalda, sin duda alguna mi objetivo ahora es luchar por estar entre los cinco mejores del mundo, pero disfrutando e intentando mejorar todo lo posible», aseguraba Wildeboer, que pese a su éxito creciente no ha perdido una de sus principales características: la humildad.

Procedente de una familia donde la natación ha sido el eje central, el nadador dice que el deporte siempre ha sido una constante en su vida, aunque estuvo apunto de decantarse por el baloncesto o el tenis: «Lo de la natación viene desde lejos. Mis padres estuvieron involucrados en este mundo y mi abuelo por parte de madre fue entrenador. Pero también es cierto que mis padres siempre han intentado meterme en otros deportes que no fueran natación, no porque no fuera un deporte bonito, sino porque también querían que mi hermano (Olaf, también nadador) y yo viéramos otras cosas. Durante mucho tiempo estuve haciendo tenis y baloncesto junto a la natación, pero al final me tocó escoger y me quedé con lo que más me gustaba».

A sus 23 años, Aschwin Wildeboer ya ha tomado parte en dos ediciones de los Juegos Olímpicos (Atenas y Pekín) y su gran anhelo es conseguir una medalla en su tercera participación que será en Londres 2012. «Desde 2004 cuando hice la mínima olímpica me propuse a mí mismo retirarme con una medalla. Creo que el último año donde puedo conseguirlo es Londres 2012 y quizá si saliera la sede de Madrid 2016 me gustaría seguir para nadar allí».

Para lograr sus objetivos el plusmarquista, que ahora entrena en Dinamarca junto a su padre (seleccionador danés), confiesa que trabaja mucho pero intentando alejarse de la rutina. "La vida del deportista es muy rutinaria, pero yo intento que cada sesión de entrenamiento varíe un poco. Mentalmente te marcas objetivos dentro del entrenamiento, incluso dentro del mes para que no sea demasiado pesado". Entre entrenamiento y entrenamiento, Aschwin ocupa su tiempo en dos de las cosas que más le gustan: «Salir con los amigos y los juegos de ordenador».

A la hora de competir se define como un «nadador tranquilo». «Soy un chico muy calmado, incluso demasiado. A veces tengo problemas para excitarme y ponerme nervioso de cara a la competición. Yo lo miro desde el punto de vista positivo porque creo que eso quiere decir que confío en mí mismo y en que la cosa va a salir bien, creo que ese es mi fuerte, que siempre estoy contento y tranquilo».