NUTRICIÓN, SALUD, DOLOR Y CALIDAD DE VIDA
Fuente:
Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón. Autora: Arantxa García Vicente. Colegiado nº 824
Una mala alimentación, junto con una baja actividad física, contribuyen a acelerar una considerable pérdida de la calidad de vida. Una nutrición óptima desde la infancia y una actividad física continuada contribuyen a la prevención de enfermedades.
La morbilidad y la mortalidad de la población dependen de varios factores, pero de estos, el más importante sobre la salud es la nutrición. La relación existente entre la dieta y la salud viene demostrándose durante las últimas décadas.
Hay que destacar las propiedades beneficiosas de la dieta mediterránea: rica en antioxidantes, ácidos grasos poliinsaturados, y carbohidratos y baja en ácidos grasos trans y saturados. Una mala alimentación, junto con una baja actividad física contribuyen, según revelan los estudios bioestadísticos, a acelerar una considerable pérdida de la calidad de vida. Una nutrición óptima desde la infancia y una actividad física continuada a lo largo de la vida son factores que contribuyen a la prevención de enfermedades.
Existe un acuerdo general entre los especialistas de que el sigo XXI será el siglo de la biología, como el siglo XX fue el siglo de la física. Los recientes avances en el campo de la biología, la bioquímica molecular y la genética, asociados a una mejora manifiesta en las condiciones existenciales de un amplio sector mundial, han permitido un notable incremento en las expectativas de vida, es decir, en el promedio años de vida de las personas.
La genética ha entrado durante el siglo XXI en una nueva época. La biología humana se enfrenta en el siglo XXI al papel significativo de la alimentación junto a la descodificación ontogenética.
Es importante saber si la alimentación influye en la esperanza de vida, ya que ésta ha variado enormemente en este periodo de tiempo, así como conocer si influye en la calidad de vida. Podemos decir que una alimentación errónea puede alterar nuestra salud y cómo está en nuestras manos, el poder solucionarlo a través de una correcta alimentación.
Una dieta sana es aquella dieta que proporciona niveles óptimos de nutrientes para el mantenimiento y regeneración del organismo, y bajos niveles de alimentos perjudiciales para la salud. Todo lo que ingerimos a lo largo del día representa una medicina o un tóxico en potencia para nuestro organismo. Es importante tener en cuenta que el nutriente no es simplemente una fuente de energía del organismo, el nutriente es capaz de ayudar a una regeneración celular, o favorecer una degeneración y/o muerte celular.
Una alimentación equilibrada en una persona “sana” tiene una amplia base de hidratos de carbono complejos (cereales integrales, pan integral, pasta integral, arroz integral, patatas, legumbres, etc.), mucha fruta y verdura (contienen fibra, vitaminas y minerales), aceites vegetales no refinados y pescado azul. Alimentos como los lácteos o la carne roja, han de ser ingeridos de forma eventual. Otros, como el azúcar o los alimentos procesados industrialmente y las grasas saturadas, deben ser evitados.
Un estado nutricional deficiente se asocia con mayor riesgo de desarrollar enfermedades infecciosas, pero en la actualidad hay además muchas evidencias que respaldan la asociación entre una nutrición inadecuada y el aumento de padecer enfermedades crónicas no infecciosas como dolores de espalda, jaquecas, mareos, dolores menstruales, insomnio, fatiga, “tendinitis” de repetición, etc. En estos casos la nutrición es un arma muy potente para resolver todos estos problemas que de una forma u otra, merman nuestra calidad de vida.
Recomendaciones acerca de cómo seguir una dieta sana:
1. Mantener un peso corporal saludable
2. Aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres y frutos secos
3. Reemplazar los lípidos saturados y trans por grasas insaturadas
4. Sustituir los cereales refinados por cereales enteros
5. Limitar el consumo de azúcar y sal
6. Evitar el alcohol
Conclusión
Es un hecho comprobado que la nutrición cumple un papel importante en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. Las deficiencias nutricionales siguen siendo una amenaza para la vida y salud de millones de personas en el mundo, sobre todo los niños.
En el lado opuesto, se observa una epidemia mundial de obesidad que también pone en peligro la vida y salud de millones de personas. Pese a las apariencias, el sobrepeso y la obesidad suele asociarse a una nutrición deficiente.