DEPORTE Y TRANSTORNOS METABÓLICOS
Fuente:
Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón. Autor: Javier Betoré Muro. Nº Colegiado 467.
Se han realizado numerosos estudios que demuestran la eficacia de la realización de ejercicio aeróbico para la mejora de los trastornos metabólicos. En este artículo se va a profundizar en la diabetes tanto la tipo I como la tipo II.
El ritmo de vida actual hace que nuestra dieta no sea la más adecuada, malos horarios, comidas precocinadas, fast food, etc., unido al sedentarismo y a la realización de trabajos poco satisfactorios que aumentan los niveles de estrés, hace que los niveles de azúcar en sangre sean mayores de los que deberían ser.
El consumo de alimentos ricos en azúcares refinados y de rápida absorción hacen que nuestro páncreas se estrese y tenga que producir en momentos puntuales grandes cantidades de insulina para eliminar el exceso de azúcar para luego dar un nivel bajo de azúcar que hace que la persona que ingiere este tipo de alimentos tenga la necesidad imperiosa de comer algo dulce para subir sus niveles de azúcar.
En estos casos llega un momento en el que el páncreas comienza a fallar y se produce la diabetes tipo II.
En la diabetes tipo I, al tratarse de un proceso innato en el ser humano y ser insulino dependiente el tratamiento médico y la dieta van a ser imprescindibles.
Incluso en estos casos digamos más graves el ejercicio va a ser muy positivo. El ejercicio aeróbico como puede ser nadar, andar largas caminatas, bicicleta o el running va a permitir quemar esos excesos de azúcar que hay en sangre sin necesidad de activar al páncreas para que produzca más insulina.
Al realizar deporte las demandas de oxígeno y de nutrientes son mayores para mantener el sistema nervioso central y periférico en perfectas condiciones y también para permitir que los músculos tengan el alimento necesario para que trabajen a un ritmo correcto, en estas personas que tienen dificultad para llevar la glucosa a los músculos, el hígado y las zonas de procesamiento y acumulación como reserva energética en forma de grasa, el deporte va a ser esencial ya que lo va a quemar.
Lógicamente hay que comenzar a realizar el ejercicio de forma coherente, muy poco a poco para adaptar el sistema respiratorio y circulatorio al nivel de esfuerzo que se pueda realizar. También hay que medir los niveles de azúcar antes y después del ejercicio ya que es muy posible que los niveles puedan bajar de forma importante tras el esfuerzo.
Siempre hay que evitar realizar el ejercicio en ayunas o tras una comida copiosa. Si se notan síntomas de fatiga, mareos o sensación de baja de azúcar hay que parar inmediatamente, hidratarse y comer para reponerse.
La mejora progresiva que se obtiene de la calidad de vida del deportista hace que el ejercicio se realice como una diversión y no como una obligación, además se produce un descenso de peso por el consumo de excedentes de azúcar, por lo que también ayuda a prevenir o erradicar el sobrepeso en ciertas personas. Se reduce los niveles de colesterol y triglicéridos y se regulan los niveles de tensión arterial.
Además de ayudar a combatir el estrés de la vida cotidiana y del trabajo regulando los niveles de serotonina y cortisol y permitiendo por las noches conciliar de mejor manera el sueño y un mayor descanso a la hora de dormir.
Así pues se puede decir que el deporte es bueno incluso para personas que presentan diferentes enfermedades, no va a ser la curación de las mismas pero va a permitir una calidad de vida a la persona que las padece muy similar a la de una persona sin enfermedades.