La última clase de Demetrio Lozano

LA ÚLTIMA CLASE DE DEMETRIO LOZANO

Noticia

21/05/2014 9:00:00

Compartir en:

Fuente:

El Periódico de Aragón

El jugador del Balonmano Aragón abandona este domingo el balonmano en activo en el último partido de la liga Asobal en el Pabellón «Príncipe Felipe». Es el único jugador que ha estado en las tres medallas olímpicas de España.

Su infancia son recuerdos de un polideportivo y un balón bajo el brazo. Hijo de pelotari, Demetrio Lozano cruzaba todos los días la calle que separaba su casa de la Ciudad Deportiva de Alcalá de Henares para jugar con su hermano a fútbol sala, practicar atletismo, judo, balonmano y todo lo que se pusiera por delante. "Siempre estábamos jugando a algo, mi padre en el frontón y nosotros jugando a todo. Éramos de perder un balón cada semana", recuerda el alcalaíno. De jugar a todo, a jugarlo y ganarlo todo en un único deporte, el balonmano, en el que el domingo pondrá fin a 21 años en la élite para dar clases de balonmano, de qué si no, en el grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad San Jorge. Frente al Puente Genil será la última clase del profesor Deme en el 40x20.

A veces no queda claro si es el destino quien elige a las personas o las personas quienes deciden su destino. En el caso de Demetrio ambas cosas se sucedieron en su adolescencia. "Juego a balonmano porque era muy malo a fútbol, el primer año que jugué pasaron de nivel a todo el equipo menos a mí", resume riendo, y añade la historia que le gusta poner de ejemplo a los más pequeños. "En mi primer año de cadete no jugaba, era el malo del equipo. Como era grandote me ponían de pivote, pero no jugaba. Sin embargo, con 17 años debuté en Asobal. Y hasta hoy". Y dos veces campeón de Liga, otras tantas de Champions y de EHF, y tres medallas olímpicas, todas las que ha conquistado el balonmano español.

De suplente del suplente a la Asobal y de ahí, a la élite de la élite, el Dream Team, la Bundesliga, los títulos. Y todo por un hecho, una desgracia convertida en oportunidad y trampolín. "Con 15 años me rompí el brazo, cúbito y radio. En la rehabilitación empecé a entrenar fuerza y el segundo día ya levantaba la pesa más grande. Ahí empecé a desarrollarme muscularmente, a ser capaz de chocar, moverme rápido, coordinar movimientos...". En 1993 debutó en la máxima categoría de la mano de un maestro de maestros, Manolo Laguna.