SUPERFICIES PARA CORRER: ¿CUÁL ES LA MÁS RECOMENDABLE PARA EVITAR LESIONES?
Fuente:
Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón. Autora Beatriz Lasheras Abadías. Col nº 798.
Entre corredores existe una gran tendencia a creer que correr sobre superficies duras como puede ser el asfalto aumenta el riesgo a padecer lesiones, sin embargo los estudios demuestran que ninguna superficie es más lesiva que otra.
Entre corredores existe una gran tendencia a creer que correr sobre superficies duras como puede ser el asfalto aumenta el riesgo a padecer lesiones, sin embargo los estudios demuestran que ninguna superficie es más lesiva que otra: en comparación con una superficie blanda correr sobre una superficie dura no aumenta la frecuencia de lesiones, es simplemente diferente.
Lo que ocurre es que el cuerpo se adapta a la superficie, es decir el cerebro analiza la dureza de la superficie y en relación a eso se produce una contracción en mayor o menor medida de los músculos.
Así cuando se corre sobre superficies blandas se contraen con mayor fuerza los músculos que aumentan la pronación del pie para buscar mayor estabilidad y cuando se corre sobre superficies duras aumenta la contracción de los músculos que disminuyen el impacto como son los gemelos.
Todo esto en cuanto a la dureza de la superficie y en cuanto a la regularidad del mismo
diferenciaremos entre superficies regulares e irregulares. Las superficies regulares como pueden ser la carretera, la pista de atletismo o cinta de correr hacen que el corredor realice movimientos repetitivos y por lo tanto una repetición de los vicios biomecánicos o posturales que pueda tener.
Las superficies irregulares como pueden ser los caminos de tierra (tipo cross) permiten realizar una gran variedad de movimientos para adaptarse al terreno irregular.
La carrera a pie es un ejercicio repetitivo, por tanto modificar ligeramente los patrones con gestos menos repetitivos y más variados como ocurre en las superficies irregulares puede ser la clave para evitar las temidas lesiones de los corredores (fascitis plantar, fracturas por estrés, tendinitis o tendinosis, etc), sin embargo también son más peligrosas y puede aumentar el riesgo a padecer lesiones traumáticas (esguinces detobillo, fracturas de tobillo etc).
Visto todo lo anterior la conclusión es que no hay superficies buenas o malas, de hecho como readaptación tras una lesión se puede utilizar un tipo de superficie frente a otra (así por ejemplo en un esguince de tobillo se comenzarán los entrenamientos en una superficie regular).
Sin embargo y en líneas generales se recomienda para la mayor parte del volumen de entrenamientos las superficies naturales irregulares por la variedad de movimientos que hemos comentado que se producen, haciendo que la técnica de carrera sea más eficaz.
Así como utilizar también la otra variedad de superficies para permitir al cuerpo mantener la capacidad de adaptación al máximo y más si se está preparando una competición en asfalto. Y nunca olvidar el principio de progresión, cualquier estímulo nuevo debe integrarse muy progresivamente como en este caso un cambio de superficie para evitar lesiones.