ACTIVIDAD FÍSICA Y SU IMPACTO EN LA VIDA DE LAS PERSONAS MAYORES

Desde el programa ENTRA EN ACCION Actividad Física para Adultos y Mayores de 67 años se cumple con estos principios ejecutando sesiones de 45 minutos dos o tres días a la semana, intentando conseguir efectos beneficiosos en los usuarios marcados por la OMS, como mayor salud funcional, menor riesgo de caídas, mejor salud ósea o prevención de enfermedades cardiovasculares.

Aparicio et. al (2010) concluye que los programas de actividad física orientados a personas mayores y dirigidos por especialistas en ciencias de la actividad física, son la mejor terapia bio-psico-social. Estos programas favorecen la salud y la calidad de vida, manteniendo la autonomía de este perfil poblacional que está sufriendo un crecimiento exponencial en nuestro país y que tiene cada vez mayor esperanza de vida.

Este apartado adquiere mayor importancia cuando el 93,6% de los usuarios del programa ENTRA EN ACCIÓN, indica a través de cuestionarios elaborados durante la temporada pasada 2018-2019 que recomendarían la actividad a personas que no la realizan, del mismo modo que nos ofrece una valoración positiva del grado de satisfacción que tienen sobre el programa.

Según estudio de Herranz Aguayo et. al (2013) que continúa en la línea de generar programas y proyectos para canalizar esta participación y poder alcanzar cotas más altas de salud en la población joven pero sobre todo en la población mayor, se observa que lejos de parecer una actividad vinculada a la juventud, nuestros mayores realizan actividad física en mayor medida que otros grupos etarios. Es ahí donde radica la importancia de la existencia de programas como el que nos ocupa.

En definitiva, el tiempo de actividad física que cada persona dedica en su vida diaria es correlativo al proceso de envejecimiento. La actividad física va a ser la encargada de definir la velocidad del deterioro de nuestro organismo. Martínez Hernández, J.A. et. al (2003) establece los riesgos de una vida sedentaria basados en la propensión a padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus,
obesidad o mayor riesgo a padecer cáncer de colon, mama y pulmón; frente a beneficios que reducen el riesgo de padecer demencia, ansiedad y depresión, o reducción en la incidencia de osteoporosis.

Países de América también realizan estos programas y además de su importancia en la prevención de la salud, indican una mejoría en el ámbito físico. Araya, S. et. al (2012) ratifican a partir de los resultados obtenidos en un programa de 12 semanas de entrenamiento multifuncional de mujeres mayores de 60 años distribuido en tres sesiones alternativas semanales, la obtención de una mejora significativa en la condición física expresada en fuerza de prensión manual y de piernas, flexibilidad anterior de tronco y equilibrio, así como la mejora los parámetros antropométricos hacia índices más saludables. Este es uno de los motivos por los cuales uno de los objetivos que nos proponemos no solo es mantener la condición física, sino mejorarla.

Es un hecho que la actividad física es una herramienta para vivir más y mejor. Durante MÁS tiempo y con MEJOR calidad de vida, y es por ello que la promoción de programas como ENTRA EN ACCION Actividad Física para Adultos y Mayores de 67 años ofrecen a las personas de Zaragoza, la posibilidad de conseguirlo.

BIBLIOGRAFÍA:

• Aparicio García-Molina, V.A.; Carbonell Baeza, A. y Delgado Fernández, M. (2010). Beneficios de la actividad física en personas mayores. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 10 (40) pp. 556-576.
• Araya S; Padial P., Feriche B., Gálvez A., Pereira J. y Mariscal-Arcas M (2012). Effect of a physical activity program on the anthropometric and physical fitness of women over 60 years. NutrHosp;27(5):1472-1479.
• Herranz Aguayo, I.; Lirio Castro, J.; Portal Martínez, E. y Arias Fernández, E. (2013). Escritos de Psicología, Vol. 6, nº 2, pp. 13-19.
• Martínez Hernández, J.A.; Varo Cenarruzabeitia, J. J. y Martínez González, M. A (2003).
• Beneficios de la actividad física y riesgos del sedentarismo. Medicina Clínica; 121, 665-672.
• OMS. (2002). Envejecimiento activo, un marco político. Madrid: Organización Mundial de la Salud.