HASTA SIEMPRE
Fuente:
Sport Equipo
Éste de hoy es el último ejemplar de EQUIPO. Nacido en 1993 con una periodicidad bisemanal, convertido en diario en 1998 con la adquisición de la cabecera por el Grupo Zeta, 10.727 ejemplares después, decimos un adiós agradecido a todos nuestros lectores.
Si EQUIPO deja de existir no se debe a que el deporte de Aragón esté muerto ni a que nos haya faltado el apoyo de nuestra entusiasta audiencia. Dentro de la amargura de la pérdida, quienes lo hicimos encontramos ahí un motivo de humilde orgullo. Naturalmente, como profesionales estamos obligados a lamentar no haber atraído a un público mayor. En este negocio todos los lectores son menos de los que se quieren. En el duro proceso de los últimos meses hemos constatado la fidelidad de quienes nos buscaban en el quiosco. Por desgracia, también nos hemos cerciorado de la dudosa honestidad de muchos discursos públicos: lo que en los actos de entrega de nuestros premios anuales, por ejemplo, eran loas al esfuerzo y la necesidad de un diario deportivo de y para Aragón, se han revelado meras palabras huecas en la intimidad de los despachos, cuando de verdad se les pedía un compromiso. A nadie culpamos por encima de a nosotros mismos, pero la aragonesa es una sociedad de contradicciones que tal vez nos definan: mientras Aragón piensa en optar a unos Juegos Olímpicos, el único diario deportivo local desaparece.
Aunque el dato no nos consuela, sabemos que Aragón está entre las comunidades con peor índice de lectura de Prensa de España. Un motivo para la reflexión de todos, nuestra audiencia y, sobre todo, nosotros mismos. El esfuerzo de editar un diario estrictamente deportivo no es nuevo en esta tierra; tampoco es nueva la dificultad de lograrlo. Antes que EQUIPO, Zaragoza Deportiva, Punto Deportivo o Stadio Sport llegaron y salieron del panorama editorial aragonés. Los periódicos han nacido y han muerto desde que existieron, en ésta y en todas las sociedades y circunstancias. Ahora, por desgracia, la tendencia se ha multiplicado. Aquí y allá, en un goteo incesante, desaparecen periódicos de todas las índoles: pequeños, mayores, populares, históricos, gratuitos, de calidad, conservadores, progresistas, económicos, deportivos, especializados, generalistas, pioneros y de referencia. Casi nadie se salva. Los hay que recortan sus plantillas en una desesperada lucha por la supervivencia, y algunos ensayan la metamorfosis para enmarcarse de manera segura y confiable en la nueva sociedad de la información: la de la digitalización, Internet, los proveedores de noticias, los blogs, el periodismo ciudadano y la cultura de la gratuidad. Las incertidumbres son muchas y las empresas periodísticas aún no hemos sabido interpretarlas con la precisión suficiente como para ponernos a salvo. En algunos casos, nosotros mismos nos ajustamos la soga al cuello en la angustia de la búsqueda.Más...